Decimos patrimonio familiar, pero incluso podríamos hablar de patrimonio personal. Y es que nunca es tarde ni demasiado temprano para comenzar a crearlo.
Para conseguir la seguridad (y tranquilidad) financiera a largo plazo, los bienes raíces son la solución perfecta, ya que no solo asegurarán tu dinero, sino que pueden proporcionarte un flujo de efectivo (en caso de que decidas darlos en renta) y garantizarán tu bienestar a largo plazo debido a la plusvalía que toda propiedad adquiere.
Es importante contar con esta seguridad porque será muy útil para protegernos de imprevistos, planear nuestro futuro a largo plazo, obtener mejor calidad de vida e, incluso, dejar una herencia significativa.
Te compartimos una guía rápida de 4 pasos para hacerlo
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Antes de cualquier cosa, es necesario saber con qué contamos. Una vez que hayas hecho el balance, podrás planear objetivos realistas.
En la medida de lo posible, gasta solamente el dinero del que dispones. Así evitarás el estrés de las cuentas interminables por pagar y tendrás más tranquilidad financiera.
Ahorrar es bueno, pero invertir a largo plazo es mejor. Las propiedades, si condiciones como ubicación, infraestructura y calidad son buenas, te permitirán gozar de retornos de inversión y plusvalía.
Una vez que hayas adquirido una propiedad, ya sea terreno, predio, local comercial, casa o departamento, procura tener en orden toda la documentación y pagos para evitar complicaciones.